Apoligies are in Order

01-31-2021From Fr. FambriniFr. Robert Fambrini, S.J.

Earlier this month a Chicago newspaper reported that on the weekend after the insurrection on the Capitol, a local Catholic priest went to his pulpit to apologize to his congregation for his complicity for what took place. Here is how he explained himself. A year ago, when the president proclaimed that the Covid-19 virus would simply disappear, he remained silent. When he began to push unscientific and unproven cures, the pastor did not respond. When the president reiterated over and over again how the process of voting by mail was illegal and how the results would be fraudulent, the pastor kept his mouth shut. When the president used his rallies and social media to push numerous conspiracy theories, including how the election had been stolen, the pastor said nothing. Ultimately when even small untruths go unchecked, especially in our current political climate, they can become small fires in tinder dry brush. The result is destruction and death. This is what almost happened to our democracy on January 6.

As you can see, the Chicago pastor’s reflections got me thinking. Perhaps I too need to apologize.

A principios de este mes, un periódico de Chicago informó de que el fin de semana posterior a la insurrección en el Capitolio, un sacerdote Católico local acudió a su púlpito para disculparse ante su congregación por su complicidad con lo ocurrido. Así es como se explicó. Hace un año, cuando el presidente proclamó que el virus Covid-19 simplemente desaparecería, guardó silencio. Cuando empezó a impulsar curas no científicas y no probadas, el pastor no respondió. Cuando el presidente reiteró una y otra vez que el proceso de votación por correo era ilegal y que los resultados serían fraudulentos, el pastor mantuvo la boca cerrada. Cuando el presidente utilizó sus mítines y las redes sociales para impulsar numerosas teorías conspirativas, incluyendo el robo de las elecciones, el pastor no dijo nada. En última instancia, cuando incluso las pequeñas falsedades no se controlan, especialmente en nuestro clima político actual, pueden convertirse en pequeños incendios en la maleza seca. El resultado es la destrucción y la muerte. Esto es lo que casi le ocurrió a nuestra democracia el 6 de Enero.

Como pueden ver, las reflexiones del pastor de Chicago me hicieron pensar. Tal vez yo también tenga que pedir disculpas.

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