Hospitality
by Fr. Robert Fambrini, SJ | 09/19/2021 | From Fr. FambriniWhen I was Novice Director I would explain to my young (and not so young) charges that as Jesuits they will travel a lot and at the end of the day they may not remember if the bed was comfortable or if the meals were tasty, but they will certainly remember if they felt welcomed in a community of brothers they hardly knew.
Hospitality is that important. It makes an impression which lasts. In our local Jesuit community, we have many visitors come and go and we do our best to make them all feel at home. I am happy to hear that people find St. Francis Xavier a welcoming parish. I hope everyone feels welcome, even parents with little ones. For me it is such a blessing and joy to have so many parents who bring their young children to church. I do hope they feel welcome enough that they do not feel pressured to get up and to move when a little one starts fussing. It would be a shame if such a “welcome” was extended to young parents (or to anyone) on their first visit to our church. Extending ourselves to welcome others may not come naturally to everyone but it is a Christian principle we are called to practice by the very grace of our common baptism. Hospitality makes an impression which lasts.
“Let the little children come to me.” (Matthew 19:14)
Cuando era director de novicios, les explicaba a mis jóvenes (y no tan jóvenes) cargos que, como jesuitas, viajarían mucho y, al final del día, es posible que no recuerden si la cama era cómoda o si las comidas eran sabrosas, pero si recordarán si se sintieron bienvenidos en una comunidad de hermanos que apenas conocían.
La hospitalidad es importante. Da una impresión que perdura. En nuestra comunidad jesuita local, hay muchos visitantes que van y vienen y hacemos todo lo posible para que todos se sientan como en casa. Me alegra saber que la San Francisco Xavier es percibida como una parroquia acogedora. Espero que todos se sientan bienvenidos, incluso los padres con pequeños. Para mí es una gran bendición y gozo tener tantos padres que traen a sus hijos pequeños a misa. Espero que se sientan lo suficientemente bienvenidos como para que no se sientan presionados a levantarse cuando un pequeño comienza a inquietarse. Sería una lástima que tal "bienvenida" se extendiera a los padres jóvenes (o a cualquier otra persona) en su primera visita a nuestra iglesia. Extendernos para dar la bienvenida a los demás puede que no sea algo natural para todos, pero es un principio cristiano que estamos llamados a practicar por la gracia misma de nuestro bautismo común. La hospitalidad deja una impresión que perdura.
"Dejen que los niños vengan a mí". (Mateo 19:14)
BACK TO LIST BACK