Why does the priest break a piece of the consecrated host and add it to the chalice?

by Fr. George Teodoro, S.J.  |  06/11/2023  |  Why do we do that?

The Eucharistic Prayer ends with the Fraction Rite. At this time, many things happen all at once, and since we are singing the “Lamb of God,” it may be difficult to see all that is going on. The Fraction Rite is named for the breaking of the host into many parts so that it can be distributed to the people.

While this happens, the deacon or one of the ministers may be distributing hosts into the many ciboria that will be used for distribution. Eucharistic Ministers come up to the sanctuary to aid in this process, and all the while, the congregation sings “Lamb of God, you take away the sins of the world, have mercy on us… grant us peace” – a prayer that celebrates the connection between the ancient tradition of Passover and the Eucharistic feast.

What may be missed when all of this is happening is that the priest will break a small piece of the host and places it in the chalice. This symbolizes the unity of the body and blood of Christ. The sacrament of the Eucharist is fully present in both species. Christ is fully present in the body and the blood. If you receive one, you receive the whole. For these past three years, since the beginning of pandemic, we have mainly received the host only, but have still received the whole of Christ. Likewise, for those with severe gluten sensitivity, if they only receive the precious Blood, they too receive the whole of Christ. This small gesture of unifying the body and blood of Christ during the Fraction Rite demonstrates a key theological truth about the Eucharist which we celebrate today on Corpus Christi.

P. ¿Por qué el sacerdote parte un pedazo de la hostia consagrada y la agrega al cáliz?

La Plegaria Eucarística termina con el Rito de la Fracción. En este momento, suceden muchas cosas a la vez, y dado que estamos cantando el “Cordero de Dios”, puede ser difícil ver todo lo que está sucediendo. El Rito de la Fracción se llama así por la ruptura de la hostia en muchas partes para que pueda ser distribuida a la gente. Mientras esto sucede, el diácono o uno de los ministros puede estar distribuyendo hostias en los muchos ciborios que se utilizarán para la distribución. Los ministros de eucaristía suben al santuario para ayudar en este proceso y, mientras tanto, la congregación canta “Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros… concédenos la paz”, una oración que celebra la conexión entre la antigua tradición de la Pascua y la fiesta eucarística.

Lo que se puede perder cuando todo esto está sucediendo es que el sacerdote romperá un pequeño pedazo de la hostia y la colocará en el cáliz. Esto simboliza la unidad del cuerpo y la sangre de Cristo. El sacramento de la Eucaristía está plenamente presente en ambas especies. Cristo está plenamente presente en el cuerpo y la sangre. Si recibes uno, recibes el todo. Durante estos últimos tres años, desde el comienzo de la pandemia, principalmente hemos recibido solo la hostia, pero aún hemos recibido a Cristo completo. Del mismo modo, para aquellos con sensibilidad severa al gluten, si solo reciben la Sangre preciosa, también reciben a Cristo completo. Este pequeño gesto de unificar el cuerpo y la sangre de Cristo durante el Rito de la Fracción demuestra una verdad teológica clave sobre la Eucaristía que celebramos hoy en Corpus Christi.

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