Second Sunday in Lent: This is a Test
02/25/2024 | Gospel ReflectionI used to wonder how God could lie to Abraham about sacrificing his son Isaac. But the story begins by telling us God put Abraham to the test. Abraham himself seems to know it’s a test—in verses left out or our reading, he tells the servants that he and Isaac will return after the sacrifice; he also tells Isaac that God will provide the offering. Apparently, I’m the only one fooled by God.
I don’t know if I would have passed the test. I would have at least argued with God about it, begging him to spare my son. Yet in our second reading, St. Paul reminds us that God did not spare his own son. (Rom 8:32) He passed his own test. Jesus was sacrificed so that God could show us how much he loved us: By dying, Jesus showed us the promise of resurrection, which shows us that we can also have new life by the forgiveness of our sins. If God loves us so much that he gives his Son to die for us, why would he not forgive us? Or as Paul says, if He is on our side, who can hurt us?
What does that tell us about life? You may have noticed that things don’t always go your way. We sometimes suffer for no apparent reason. We may lose someone we love through death. We may be tempted to lose faith when we see wars, killer tornados, terrorist attacks—if “God is for us,” why does he allow these things? Because he is still testing us. And not necessarily testing the victims of these troubles. If I get angry at God because I hear about someone’s death, I haven’t passed the test.
Does that mean those tragedies are our fault? No, God gives everyone free will and some people choose to do wrong. And some accidents are just accidental; no one is necessarily at fault. God intervenes sometimes and lives are saved. Other times, God intervenes by saving us after death with our resurrection. But as long as people doubt God’s love, there will be tests. That’s why it is so important to proclaim the Kingdom: so that someday all people will know God’s love and not need to be tested.
Es una prueba
Antes me preguntaba cómo Dios podía mentirle a Abraham acerca de sacrificar a su hijo Isaac, pero la historia comienza diciéndonos que Dios puso una prueba a Abraham. El propio Abraham parece saber que es una prueba: en los versículos omitimos o en esta lectura, les dice a los sirvientes que él e Isaac regresarán después del sacrificio; también le dice a Isaac que Dios proporcionará la ofrenda. Al parecer, yo soy el único engañado por Dios.
No sé si yo hubiera pasado la prueba. Al menos habría discutido con Dios al respecto, rogándole que dejara vivir a mi hijo. Sin embargo, en la segunda lectura, San Pablo nos recuerda que Dios no dejó vivir a su propio hijo. (Romanos 8,32) Pasó su propia prueba. Jesús fue sacrificado para que Dios pudiera mostrarnos cuánto nos amaba: Al morir, Jesús nos mostró la promesa de la resurrección, lo cual nos muestra que también podemos tener una vida nueva a través del perdón de nuestros pecados. Si Dios nos ama tanto que entrega a su Hijo a morir por nosotros, ¿por qué no nos perdonaría? O como dice Pablo, si Él está a nuestro lado, ¿quién nos puede hacer daño?
¿Qué nos dice sobre la vida? Quizás hayas notado que las cosas no siempre salen como quieres. A veces sufrimos sin razón aparente. Podemos perder a alguien que amamos por la muerte. Podemos sentirnos tentados a perder la fe cuando vemos guerras, tornados que matan, o ataques terroristas, y decimos si “Dios está por nosotros”, ¿por qué permite estas cosas? Porque todavía nos está poniendo a prueba.
Y no necesariamente poner a prueba a las víctimas de estos problemas. Si me enojo con Dios porque me entero de la muerte de alguien, no he pasado la prueba. ¿Eso significa que esas tragedias son nuestra culpa? No, Dios les concede a todos el libre albedrío y algunas personas eligen hacer el mal, y algunos accidentes son simplemente accidentes y nadie tiene necesariamente la culpa. A veces Dios interviene y se salvan vidas. Otras veces, Dios interviene salvándonos después de la muerte con la resurrección. Pero mientras la gente dude del amor de Dios, habrá pruebas. Por eso es tan importante proclamar el Reino, para que algún día todas las personas conozcan el amor de Dios y no necesiten ser probados.
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