What is Tertianship? Why do the Jesuits have this step of formation?

by Fr. George Teodoro, S.J.  |  04/23/2023  |  Why do we do that?

There are five stages of formation for Jesuits. The first is the Novitiate, which lasts for 2 years, wherein men experience the Spiritual Exercises (the 30 day silent retreat), study the constitution of the Society of Jesus, as well as its history and traditions, and go through a series of “experiments” where novices experience the life of prayer and service as a Jesuit. At the end of the novitiate, if approved by the provincial, novices take first vows of chastity, poverty, and obedience, and become members of the Society of Jesus.

Over the next 9-12 years, Jesuits go through three more phases: Philosophy (2-3 years), where men begin their required studies for ordination, Regency where for 2-3 years, a Jesuit works full time in an apostolic work – often at a high school, and Theology, where he spends 3-4 years completing his studies for the priesthood. After 8-12 years, Jesuit scholastics are ordained to the priesthood.

Tertianship is a stage of formation that is unique to the Society of Jesus. After several (13-20) years of ministry, Jesuits begin this last phase. The word “Tertianship” comes from the Latin word tertio, meaning “I do it a third time.” Jesuits repeat the experiences of the novitiate – the 30 days of silence and Spiritual Exercises, the study of the constitutions and history of the Society, and experiments that draw them out of their comfort zones and into new types of ministries. The key difference is that now the men approach these experiences with almost two decades of experience, reflect on how the Spirit has been at work these many years, and ask how the Spirit may be moving them towards future ministry. After tertianship, men take their final vows, and at long last are considered full, professed members of the Society of Jesus.

The reason St. Ignatius wanted tertianship as part of the formation process was that, in his era, Jesuits would get on ships and travel to remote parts of the world. They needed to be reliable and independent, entrusted to start new works and new missions. He needed well-formed men to be able to carry out long-term and difficult missions without constant supervision. This need led to the creation of tertianship as a capstone experience. Therefore, this “third year of the novitiate” becomes the final phase in which a man cements his relationship with both Jesus Christ and the Society that bears his name. After final vows, Jesuits are eligible to hold office within the order, but more importantly, they are even more fully devoted to the Church, the Pope, and the Society. Tertianship solidifies their call to always place those needs ahead of their own.

¿Qué es la Terciaria? ¿Por qué los jesuitas tienen este paso de formación?

Hay cinco etapas de formación para los jesuitas. El primero es el Noviciado, que tiene una duración de 2 años, donde los hombres experimentan los Ejercicios Espirituales (el retiro de silencio de 30 días), estudian la constitución de la Compañía de Jesús, así como su historia y tradiciones, y pasan por una serie de “experimentos” donde los novicios experimentan la vida de oración y servicio como jesuita. Al final del noviciado, si es aprobado por el provincial, los novicios hacen los primeros votos de castidad, pobreza y obediencia, y se convierten en miembros de la Compañía de Jesús.

Durante los próximos 9-12 años, los jesuitas pasan por tres fases más: Filosofía (2-3 años), donde los hombres comienzan los estudios requeridos para la ordenación, Regencia donde durante 2-3 años, un jesuita trabaja a tiempo completo en una obra apostólica, a menudo en una escuela secundaria, y Teología, donde pasa 3-4 años completando sus estudios para el sacerdocio. Después de 8 a 12 años, los escolásticos jesuitas son ordenados al sacerdocio.

La Terciaria es una etapa de formación única para la Compañía de Jesús. Después de varios (13-20) años de ministerio, los jesuitas inician esta última etapa. La palabra “terciado” proviene de la palabra latina tertio, que significa “lo hago por tercera vez”. Los jesuitas repiten las experiencias del noviciado: los 30 días de silencio y los Ejercicios Espirituales, el estudio de las constituciones y la historia de la Compañía, y los experimentos que los sacan de sus zonas de confort y los llevan a nuevos tipos de ministerios. La diferencia clave es que ahora los hombres abordan estas experiencias con casi dos décadas de experiencia, reflexionan sobre cómo el Espíritu ha estado trabajando durante estos años y preguntan cómo el Espíritu puede estar moviéndolos hacia el ministerio a futuro. Después de la terciaria, los hombres toman sus votos perpetuos y, por fin, son considerados miembros de pleno derecho de la Compañía de Jesús.

La razón por la que San Ignacio quería la terciaria como parte del proceso de formación era que, en su época, los jesuitas se subían a barcos y viajaban a lugares remotos del mundo. Necesitaban ser confiables e independientes, encomendados para comenzar nuevos trabajos y nuevas misiones. Necesitaba hombres bien formados para poder llevar a cabo misiones difíciles y de larga duración sin supervisión constante. Esta necesidad condujo a la creación de la terciaria como una experiencia culminante. Por tanto, este “tercer año de noviciado” se convierte en la fase final en la que el hombre cimenta su relación tanto con Jesucristo como con la Compañía que lleva su nombre. Después de los votos perpetuos, los jesuitas son elegibles para ocupar cargos dentro de la orden, pero lo que es más importante, están aún más dedicados a la Iglesia, el Papa y la Compañía. La terciaria solidifica su llamado a siempre poner esas necesidades antes de si mismo.

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