Why do we believe in Mary's perpetual virginity?
by Fr. George Teodoro, S.J. | 08/13/2023 | Why do we do that?One of the oldest debates in Christianity regards the perpetual virginity of Mary. All Christians agree that Mary was a virgin when she conceived by the Holy Spirit and became the mother of Jesus. What is unstated in scripture, however, is whether or not she remained a virgin after the birth of Christ, or whether she had normal marital relations with her husband, Joseph. As early as the 2nd century, theologians were debating this topic, and by the 6th century, the Second Council of Constantinople, declared the perpetual virginity of Mary to be dogma, and this teaching has been upheld by the Catholic Church ever since.
But why does it matter? For Catholics, we understand the human person as a unified whole – body, mind, and spirit. The spirit and mind are not divorced from the body. For instance, this is why in the Apostles Creed we state “I believe… in the resurrection of the body and life everlasting.” The resurrection is not simply a spiritual event, it encompasses the whole person. This is why we also believe that Mary was assumed, body and soul, into heaven.
The perpetual virginity of Mary, therefore, is not just a biological fact. It is a bodily manifestation of her whole-hearted dedication to serving God as both his mother and mother of the whole Church. Rather, Mary’s perpetual virginity is a sign and symbol of her special ministry which did not end with the birth of Christ, but continued on through the Passion, to the life of the new Church at Pentecost, and to her continued advocacy for all of us believers even to this day. Mary’s singular devotion to God, embodied by her perpetual virginity, demonstrates her unity of purpose – body, mind, and spirit – to serving her Son and serving the Church.
¿Por qué creemos en la virginidad perpetua de María?
Uno de los debates más antiguos del cristianismo se refiere a la virginidad perpetua de María. Todos los cristianos están de acuerdo en que María era virgen cuando concibió por obra del Espíritu Santo y se convirtió en la madre de Jesús. Sin embargo, lo que no se dice en las Escrituras es si ella permaneció virgen o no después del nacimiento de Cristo, o si tuvo relaciones maritales normales con su esposo, José. Ya en el siglo II, los teólogos debatían este tema, y en el siglo VI, el Segundo Concilio de Constantinopla, declaró dogma la perpetua virginidad de María, y esta enseñanza ha sido defendida por la Iglesia Católica desde entonces.
Pero por qué es importante? Para los católicos, entendemos a la persona humana como un todo unificado: cuerpo, mente y espíritu. El espíritu y la mente no están divorciados del cuerpo. Por ejemplo, esta es la razón por la que en el Credo de los Apóstoles afirmamos: “Creo… en la resurrección de la carne y en la vida eterna”. La resurrección no es simplemente un acontecimiento espiritual, abarca a toda la persona. Por eso creemos también que María fue asunta en cuerpo y alma al cielo.
La virginidad perpetua de María, por tanto, no es sólo un hecho biológico. Es una manifestación corporal de su entrega de todo corazón a servir a Dios como su madre y madre de toda la Iglesia. Más bien, la virginidad perpetua de María es un signo y símbolo de su ministerio especial que no terminó con el nacimiento de Cristo, sino que continuó a través de la Pasión, hasta la vida de la nueva Iglesia en Pentecostés y su continua defensa por todos nosotros. creyentes hasta el día de hoy. La singular devoción de María a Dios, encarnada en su virginidad perpetua, demuestra su unidad de propósito -cuerpo, mente y espíritu- para servir a su Hijo y servir a la Iglesia.
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